Tomar apenas
dos tazas más de café al día podría disminuir el riesgo de padecer esta
condición del hígado en un 44%, según los investigadores que analizaron 9
estudios que indagaban sobre la relación entre el consumo de café y el riesgo
de cirrosis.
Más de
430.000 personas participaron en los nueve estudios, cuya duración varió, pero
el más largo duró 20 años. En ocho de los nueve estudios, los investigadores
encontraron que un consumo diario elevado de café estaba “asociado
estadísticamente con una reducción significativa del riesgo de cirrosis”.
La revisión,
publicada el 25 de enero, es el primer meta-análisis en mostrar estas
propiedades protectoras del café.
El doctor
Oliver Kennedy, que condujo el estudio como parte de un equipo de la
Universidad de Southampton en el Reino Unido, le dijo a CNN que el equipo
combinó los datos de los estudios existentes para calcular con mayor precisión
la relación entre estos factores.
Encontraron
que el riesgo de cirrosis era menor cuando el consumo de café era alto. “Por
ejemplo, comparado a no tomar café, consumir una taza al día se asocia con un
riesgo 25% menor de padecer cirrosis y 4 tazas al día se asocia con un riesgo
65% inferior. No obstante, hay un límite superior por encima del cual no hay
más beneficios”, dijo Kennedy.
Aunque el
café pueda tener este beneficio, no contrarresta del todo los efectos de
consumir alcohol en exceso, añadió Kennedy.
La cirrosis
es una condición que deteriora el hígado, reemplazando el tejido sano por
tejido cicatrizado que bloquea el flujo sanguíneo. Las causas comunes para el
desorden hepático son infecciones crónicas, consumir alcohol en exceso,
enfermedades autoinmunes, obesidad y diabetes. Las cirrosis puede ser fatal, según
la Institución Nacional para la Diabetes y Enfermedades Digestivas y del
Hígado.
No obstante,
el doctor Hillel Tobias, especialista de hígado y presidente del Comité Médico
Nacional de la Fundación Americana del Hígado, dice que los beneficios del café
al hígado no son nuevos. Un estudio de 2015 ya los había reportado.
“El problema
es que a los mejores expertos hepáticos les cuesta aceptar esto”, le dijo
Tobias a CNN. “La base fisiológica y bioquímica no se ha establecido aún y se
necesita evidencia experimental. Ahora, muchos estudios se basan en información
histórica que dan los pacientes”.
Tobias dice
que la posibilidad de la subjetividad del paciente y los errores estadísticos
le hacen desconfiar de estos estudios que afirman tener una cura simple para la
cirrosis.
También hay
que destacar que algunos de los estudios no tienen en cuenta otros factores de
riesgo como la obesidad y la diabetes, dice la revista de Farmacología
Alimentaria y Terapéutica.
Se necesita
más investigación. “Necesitamos llevar a cabo ensayos clínicos similares a los
que se hacen para aprobar el uso de una nueva medicina, para que los doctores
puedan hacer recomendaciones específicas”, añade Tobias.
Es
importante tener en mente que el daño que puede causar el alcohol en el hígado
de las personas varía de acuerdo al paciente, explica Tobias. Por ejemplo, las
mujeres no pueden metabolizar el alcohol tan rápido como los hombres. Mantener
buenos hábitos de alimentación y consumir poco alcohol son formas de prevenir
la cirrosis.
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