Para
preparar un café verdaderamente excelente, es necesario conocer
algunos trucos que a continuación podrás leer.
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Mezcla
media cucharadita de azúcar de caña con café, caliéntalos
a fuego lento y solo después vierte el agua. El azúcar caramelizado le dará
un sabor y aroma únicos al café.
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Para
servir café sin
posos, agrega una cucharadita de agua fría
en la olla con café y espera medio minuto. Los posos
de café se irán al fondo y podrás servir la bebida sin
usar colador.
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Un café
frío en un día caluroso, ¿qué puede ser mejor? Pero en vez
de usar cubitos de hielo que perjudican el sabor
de la bebida, es mejor usar cubitos de café especiales.
Prepara un par de tazas de café y endúlzalas
a tu gusto. Enfría el café a temperatura ambiente, viértelo
en los moldes para hielo y congélalo. Agrega algunos cubitos
de café en leche y disfruta del coctel sabroso
y vigorizante.
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En combinación
con especias, ¡el café queda magnífico! Pon en la olla con café
molido un poco de cardamomo, jengibre, nuez moscada
o un palito de canela y caliéntalo a fuego lento. La bebida se impregnará de aroma
de las especias.
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2–3
cristales de sal agregados al café intensificarán el aroma
de la bebida y suavizarán su sabor.
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Si quieres
obtener un sabor
saturado e intenso, retira la olla del fuego
en cuanto el café empiece a hervir. Retira la espuma,
revuelve el café y regrésalo al fuego. Es recomendable
repetir esto tres veces.
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¡No
solo puedes beber café, sino también comerlo! Por ejemplo, en forma
de helado de café que te refrescará en días de calor.
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Para
que el café tenga un sabor
más suave y delicado, agrega durante la cocción media
cucharadita de mantequilla.
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Si prefieres
café sin cafeína, agrega en la olla 2-3 granos de cardamomo.
Esta especia elimina
la cafeína sin modificar las propiedades buenas del café,
y le da un sabor especial a la bebida.
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Para
que los granos molidos de café suelten
más sabor y aroma, caliéntalos en la olla
durante medio minuto sin agregar agua.