Un café con mas de veinte años de tradición

27/7/17

El arte con café



Quizás hayan disfrutado en alguna ocasión de trabajos de arte hechas con café, tal es el caso de las obras  María A. Aristidou, artista que utiliza el café como si fuera pintura o acuarela, para hacer dibujos, retratos y composiciones en colores ocres de gran belleza. Vamos a describir cómo pintar con café por si quieres ser artista como ella.
Para pintar con café, además de la inspiración y las dotes para el dibujo, necesitamos varios ingredientes para “fabricar la pintura”.
Podemos trabajar con café soluble o con café molido. Una vez disueltos en agua, preferiblemente caliente, obtenemos un líquido en el que podremos mojar los pinceles y utilizar de la misma forma que haríamos con acuarelas. Para los tonos más oscuros, utilizaremos un café espresso recién hecho, procurando utilizar poca cantidad de agua. Esta operación es sencilla con cafeteras que pueden regular la cantidad de agua utilizada en la taza.

Para los tonos más claros utilizaremos más agua, diluyendo la “pintura de café”. De esta manera, podremos utilizar diferentes tonos ocres y marrones, obteniendo relieves, texturas y dando la sensación de distintas profundidades en cada dibujo. Lo mejor es preparar un recipiente con la pintura marrón más oscura y tener otros recipientes en los que diluirla para aclararla.
Si se necesita un tono muy oscuro, casi negro, se puede reducir en un cazo la tintura de café para evaporar parte del agua consiguiendo así los tonos para las sombras, cabellos negros o los ojos de mirada intensa como los que podéis ver en las fotografías que ilustran este post.
Los pinceles y los soportes para pintar
Para pintar con café, puedes utilizar espátulas, pinceles y brochas como con cualquier otro tipo de pintura. Recuerda que conviene esperar que el café se vaya secando antes de seguir pintando. También es posible pintar con plumillas y artículos similares. En cuanto a los lienzos y soportes para pintar, el papel es la mejor opción, pero es importante que sea un papel grueso para que aguante bien la humedad y no se vaya arrugando o combando.
El terminado del cuadro
Una vez pintados los cuadros, es importante que las obras se sequen rápidamente, para evitar que se puedan formar mohos. En general, el mejor método es utilizar un secador de mano para acelerar el proceso. Después, conviene evitar que la pintura le dé el sol para que dure más tiempo en perfecto estado sin perder la naturalidad de los colores.

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