Quizás hayan disfrutado en alguna ocasión de trabajos
de arte hechas con café, tal es el caso de las obras María
A. Aristidou, artista que utiliza el café como si fuera pintura o acuarela,
para hacer dibujos, retratos y composiciones en colores ocres de gran
belleza. Vamos a describir cómo pintar con café por si quieres ser
artista como ella.
Para pintar con café, además de la inspiración y
las dotes para el dibujo, necesitamos varios ingredientes para “fabricar la
pintura”.
Podemos trabajar con café soluble o con café
molido. Una vez disueltos en agua, preferiblemente caliente, obtenemos un
líquido en el que podremos mojar los pinceles y utilizar de la misma forma que
haríamos con acuarelas. Para los tonos más oscuros, utilizaremos un café
espresso recién hecho, procurando utilizar poca cantidad de agua. Esta
operación es sencilla con cafeteras que pueden regular la cantidad de agua
utilizada en la taza.
Para los tonos más claros utilizaremos más agua,
diluyendo la “pintura de café”. De esta manera, podremos utilizar diferentes
tonos ocres y marrones, obteniendo relieves, texturas y dando la sensación de
distintas profundidades en cada dibujo. Lo mejor es preparar un recipiente con
la pintura marrón más oscura y tener otros recipientes en los que diluirla para
aclararla.
Si se necesita un tono muy oscuro, casi negro, se
puede reducir en un cazo la tintura de café para evaporar parte del agua
consiguiendo así los tonos para las sombras, cabellos negros o los ojos de
mirada intensa como los que podéis ver en las fotografías que ilustran este
post.
Los pinceles
y los soportes para pintar
Para pintar con café, puedes utilizar espátulas,
pinceles y brochas como con cualquier otro tipo de pintura. Recuerda que conviene
esperar que el café se vaya secando antes de seguir pintando. También es
posible pintar con plumillas y artículos similares. En cuanto a los lienzos y
soportes para pintar, el papel es la mejor opción, pero es importante que sea
un papel grueso para que aguante bien la humedad y no se vaya arrugando o
combando.
El terminado
del cuadro
Una vez pintados los cuadros, es importante que las
obras se sequen rápidamente, para evitar que se puedan formar mohos. En
general, el mejor método es utilizar un secador de mano para acelerar el
proceso. Después, conviene evitar que la pintura le dé el sol para que dure más
tiempo en perfecto estado sin perder la naturalidad de los colores.
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